Minga tiene su origen en una palabra que simboliza una forma de vida sustentada en el amor al prójimo y al territorio, en compromiso con la vida, con la amistad, con la solidaridad bien entendida, con el amor a sus semejantes, con el trabajo honesto por el bien de todos.
Para muchas personas no es común la palabra Minga, de hecho parece extraño oír esta palabra en tiempos donde la TV y la radio comercial bombardean y saturan las mentes con una sobre-carga de mensajes propios de la sociedad de consumo generando caos en la identidad de quienes se exponen a estas, arrastrados por la corriente de la civilización moderna.
Antiguamente nuestros pueblos originarios y ancestrales tenían una forma particular de compartir, que consistía en que cuando alguien necesitaba ayuda para realizar un trabajo, la pedía a los demás miembros de la comunidad con el solo compromiso moral de devolver el favor cuando fuera solicitado, es esfuerzo colectivo para un mismo propósito en el cual no hay ningún tipo de contrato laboral, donde los mayores por su experiencia coordinaban el trabajo. Otra forma de hacer Minga es cuando se reúnen para hacer obras por sus pueblos, como mejorar caminos vecinales, construir sistemas de riego para sus tierras, siembras y cosechas, etc. La Minga finaliza con una fiesta organizada y atendida por el anfitrión en la cual sirve a sus vecinos una gran comida donde todos aportan para la misma y ayudan a prepararla.
En Tunjuelito hace 5 años un grupo de jóvenes ha retomado esta tradición en el Humedal-Pantano La Libélula, ubicado entre la localidad de Tunjuelito y Ciudad Bolívar. Se dan cita jóvenes, niños, abuelos de distintos sectores de la ciudad, y mayores de las comunidades ancestrales el primer domingo de cada mes, actividad liderada por el Centro Experimental Juvenil para hacer una gran Minga, que busca la recuperación, preservación y apropiación de uno de los únicos espejos de agua en la cuenca baja del río Tunjuelo.
Recuperación que se ha hecho a través de encuentros de saberes y la articulación de conocimientos populares, académicos y ancestrales como el Misak Misak, Muiscas, Uitotos que comparten las distintas visiones de un territorio, no solo en términos ambientales sino la comprensión del territorio que permite ampliar la visión del mismo para saber cómo tratar los tipos de arboles nativos, semillas y las diversas formas de siembra de vida.
El Humedal-Pantano la Libélula recibe el nombre por las mismas personas que durante años han intervenido este lugar, porque en varias temporadas del año proliferan libélulas en el agua, además de la tradición campesina que cuando una libélula llega a la casa significa que va a llegar visita, igualmente el Humedal-Pantano continuamente está recibiendo visitas de personas, y gran cantidad de especies de aves como alcaravanes, garzas, patos, monjitas, tinguas azules, de pico rojo y hasta patos canadienses que en meses como agosto y septiembre descansan en este espejo de agua para seguir después su viaje hasta el sur del continente.
Minga en la Libélula, un buen plan dominguero para acercarnos a nuestras raíces y romper con la cotidianidad en que nos sumerge la modernidad.

Pa’ la Minga en la Libélula.
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